La temperatura afecta muchos aspectos de confiabilidad en la maquinaria. Con la temperatura elevada uno esperaría que la viscosidad disminuya, la capa de lubricante se adelgace, exista una aceleración en la abrasión, corrosión y fricción, que el aceite se desgaste antes, los aditivos se agoten rápidamente, y hay acumulaciones de lodos o barniz. Estos son solo algunos de los efectos secundarios de trabajar a altas temperaturas, sin embargo juegan un papel importante en la salud general de la maquinaria y el lubricante. La relación entre temperatura y reacción química (Oxidación o envejecimiento químico del aceite) se teorizó por Svante Arrhenius a finales del siglo XIX. De acuerdo a la escala de velocidad, el aceite se degrada el doble de rápido por cada aumento de 10 °C de la temperatura después de que alcanza el punto base de activación. Esta afirmación sugiere entonces que si se baja la temperatura -10 °C, se esperaría que la oxidación se disminuya a la mitad, aumentando el tiempo de vida útil del lubricante. La viscosidad es la propiedad más importante de un lubricante, se sabe que el cambio de temperatura provoca un cambio en la viscosidad. Sin embargo, pocas personas conocen el gran efecto que causa. Una caída en la viscosidad tiene un efecto asombroso en la resistencia de la película y la capacidad del lubricante para evitar que el balero funcione en una condición límite (metal sobre metal). La selección y uso de un aceite ISO VG 680 en un balero de desplazamiento está fuera de lo común. Esta aplicación específica requiere un movimiento muy lento y suave y/o o una carga muy pesada que soporte la alta viscosidad. Por ejemplo, si el eje tuviera 30 cm de diámetro y ancho, girando a 900 revoluciones por minuto, con una temperatura de operación de 88 °C, se requiere una viscosidad de 15.8 cSt (centistokes). Un ISO VG 680 proporciona 59.38 cSt. Es extremadamente excesivo, y las consecuencias serán un aumento de calor y consumo de energía derivado de la fricción interna del fluido.
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